Se trata de la primera exposición individual que se le dedica al artista desde 2006, y que vuelve a poner de relieve el trabajo de una artista que con los años se ha ido haciendo más relevante. La muestra incluye algunas de sus obras más emblemáticas pintadas a principios de los setenta, etapa que ella misma denominó “Los años duros”.

En estas obras, el artista, de forma muy consciente, utiliza el cromatismo y las formas contundentes para denunciar las numerosas injusticias sociales que el régimen franquista perpetuaba y, en especial, los abusos contra las mujeres. Cabe recordar que Esther Boix siempre fue una artista políticamente comprometida y que ya desde joven, manifestó su voluntad de centrarse en las experiencias humanas por encima de la concepción formal de la obra.

Durante los sesenta, fue de las primeras artistas, junto a otras pioneras como Ana Peters o Mari Chordá al preguntarse por los roles tradicionales de las mujeres, cómo insinúan obras como Jaulas (1963) o el dibujo Paisaje con figura (1966).