Entre el Noucentisme y las vanguardias (1891-1934). Joaquin Torres García
Para conmemorar el 150 aniversario del nacimiento de Joaquín Torres-García (1874-1949), Sala Parés, en colaboración con el Museo Torres García de Montevideo y la Generalitat de Catalunya, organiza una exposición que reúne unas ciento veinte obras – entre óleos, obra sobre papel y juguetes – que se sitúan en un espectro cronológico amplio: desde la llegada del artista a Cataluña en 1891 hasta inicios de los años treinta.
En la exposición se entrecruza la producción de Torres-García de esas cuatro décadas, claves en la comprensión de su evolución, así como en la gestación del arte constructivo. Así, tanto su obra ecléctica de los primeros años en la que se combinan apuntes de carácter académico con otros de clara influencia modernista, como su amplia producción noucentista que tiene como colofón la decoración del Saló de Sant Jordi – cuyos bocetos han sido cedidos por la Generalitat de Catalunya para esta muestra –, permite vislumbrar un Torres-García en cuya producción va emergiendo un sentimiento religioso del arte más allá de lo meramente formal y estético. Esta premisa es esencial para comprender su aventura e investigación hacia un sintetismo que le abrirá caminos hacia nuevas soluciones plásticas. El joven Torres García es un pintor que explora, que prueba, que estudia, pero que, sobre todo, es capaz de construir un arte personal cuya finalidad es la de conectar con el orden esencial desde la percepción y plasmar dicho orden mediante una propuesta artística propia. Así lo afirma en sus Notes d’art (1913): “En toda obra de arte superior, la idea de cada objeto, más que su realidad o particularismo, es lo esencial… Él ve, en el color y en la forma, la expresión de aquella idea”.