LALIRIO. Fuentesal Arenillas
LALIRIO se articula alrededor de una acumulación de piezas textiles que se extienden y se entrelazan entre pilares y paredes, generando nuevos conjuntos y configuraciones. Fuentesal Arenillas trabajan con la memoria, la transforman y la traen al presente sin renunciar a sus formas pasadas.
Las tres obras que conforman la exposición —Carrusel, Imaginaria y Caracolas— nacen de un modo de hacer que oscila entre la intuición y el recuerdo, entre escritos, correspondencias y huellas cotidianas. No siempre hay una historia clara, sino relatos que se repiten, se transforman y mantienen viva la estructura.
Carrusel se construye como una epístola hecha con el cuerpo, condensando la correspondencia que los artistas mantuvieron con Itziar Okariz a través de una multitud de prendas-carta. Las ropas apiladas y acumuladas toman cuerpo como instalación, y condensan deseos e intereses compartidos.
Imaginaria, por su parte, apila recuerdos que se repiten y se transforman: conversaciones en el suelo del estudio, aguas inesperadas, frases escritas y añadidas. Las huellas se convierten en trazas de otras formas de intimidad que emergen en lo cotidiano.
Finalmente, Caracolas adopta el mismo patrón de las prendas-carta, pero se despliega en formas serpentinas que se enredan en las columnas, generando pliegues y huecos. Las piezas se enroscan y se elevan, alejándose de la rectitud para abrir nuevas posibilidades de configuración.
