La compositora e intérprete Floy Krouchi cuestiona el sonido material de su instrumento, el bajo sin trastes. Apasionada por la microtonalidad, la profundidad de las frecuencias de graves y la capacidad meditativa del sonido, se inspira en la música india y en la Rudra Veena (instrumento tradicional indostánico) para sondear el potencial del fkbass, el bajo híbrido aumentado por la electrónica que ella diseñó, y los nuevos gestos y rendimiento corporal que implica. Explorando los huesos desnudos de las bajas frecuencias, en el terror de las oscilaciones, se desarrolla una relación con el silencio y lleva al público al borde mismo del sonido, dentro del tiempo, a los remolinos de una “raga electrónica”.