¿Qué significa ser amable? Desde la infancia nos enseñan a entender la amabilidad en términos de cortesía formal, de normas de convivencia que ordenan lo social. Amable Informal, la exposición comisariada por Pilar Cruz en Fabra i Coats, Centre d’Art Contemporani, amplía radicalmente esta noción: la amabilidad no es sólo una disposición hacia el otro, sino una forma de resistencia, una práctica de cuidado, un gesto político que desafía las estructuras establecidas.
En voz de la comisaria, la amabilidad está presente en las obras como praxis crítica, como modo de hacer y de mostrar, como punto de partida o, incluso, como consecuencia inevitable. De esta manera, la exposición se plantea como lugar de reflexión, de diálogo y de laboratorio de pruebas. A través de la experiencia, se va dilatando la visión de la amabilidad como gesto formal o encorsetado, para visibilizarla en todos aquellos horizontes menos palpables. Una herramienta crítica para revertir las dinámicas de un presente distópico. Casi como pequeños antídotos contra el pesimismo y la distopía.
Pero, ¿qué significa la amabilidad para las diferentes artistas que forman parte de la exposición?, y ¿cómo dialoga esta con sus obras? Las respuestas que nos han dado construyen un mapa de lo amable como territorio en disputa y expansión, invitándonos no sólo a ejercer la amabilidad, sinó también a habitarla y pensarla. Y es que la amabilidad se despliega aquí como un espacio de escucha, de atención y de reconocimiento a la diferencia, que puede manifestarse en un dibujo diario como resistencia al rendimiento neoliberal, en la escucha del propio cuerpo o en una visualización de datos que nos recuerda que, detrás de cada cifra, hay una historia.
Fito Conesa
«Hay una idea en toda la exposición que habla de la amabilidad en términos de accesibilidad, de ser honesto, de dar la posibilidad y el espacio. En este sentido, El nostre camí queda siempre la pensé, junto con Olga Subirós y Pilar Cruz, como un espacio de escucha y de ofrecer la posibilidad de irte de ti mismo, de ir a otro tiempo, y eso para mí se relaciona directamente con la idea de la amabilidad como un riesgo que asumimos y una manera de estar en el mundo. Ser amable, casi como un ejercicio de resistencia.»
Enrique Radigales
«Entiendo la amabilidad como estar atento al otro y a lo comunitario. Esa atención también se puede transferir a los objetos o a los ideales del otro. En ese marco, el banco de Sensowifi representa un espacio donde se reconoce y se respeta esa “distancia infinita” entre los seres, propuesta por Maurice Blanchot.»
Irene Pe
«Las obras de Un CUERPO doliente en un MUNDO herido, nos hablan de un tipo de amabilidad que se dirige hacia el propio cuerpo ofreciendo escucha y comprensión en su existencia enferma, para luego redirigirse hacia afuera del cuerpo, es decir, a su entorno y sus heridas y dolencias. Y, a la vez, la puesta en práctica de este flujo de explotación de la experiencia enferma, que va de afuera a dentro y vuelve a fuera, es en sí misma una forma de amabilidad. Desde la enfermedad, ser amable es escuchar(me) para entender. Acoger y acompañar lo que surja prestando atención, sin juzgar, con paciencia. No entrar en categorías binarias de bueno o malo, negativo o positivo. Cohabitar con un abanico de sensaciones y sentimientos. Es respetar(me) los tiempos de actividad y descanso. Mantener mi capacidad crítica y de desmantelamiento de las violencias que aplica el capitalismo neoliberal frente a los cuerpos, las vidas y los territorios, en especial cuando estas toman formas capacitistas. Entender que la fragilidad, el sufrimiento y la herida nos habita a todas, que forma parte de nuestra experiencia vital y no por ello nos devalúa y nos convierte en dispensables.»
Marc Herrero
«La amabilidad representa un lugar de beligerancia frente al resentimiento inconsciente que tenemos en lo social. Para mí es como el acto de dibujar cada día, como un gesto de defensa poética frente al rendimiento neoliberal. En este sentido, mis dibujos son propuestas poéticas pero a la vez urgentes. Es urgente un imaginario de otredades. Ya sólo el hecho de plantear un otro diferente, y que pueda existir, ya es como una presencia amable a las posibilidades de vida, más allá del aroma mortífero que impregna la vida en el Capital.»
Luz Broto
«Es una disposición al otro. Estar dispuesto a estar delante del otro, reconocerte y mirarle a los ojos. Mi trabajo tiene bastante que ver con acercar distancias, con contactar elementos y personas que no estaban juntas. No sabemos realmente a quién vemos por la ventana cada día.»
Julia Puyo
«La amabilidad, para mí, es el resultado de sentir que todo está interconectado. Es una forma activa de estar en el mundo, que te permite expresar que reconoces (y que cuidas como puedes) esa interdependencia. Además, la amabilidad tiene una gran ventaja: una vez que empiezas a enfocar tus acciones desde lo amable, es difícil volver atrás, porque una vez que la aplicas, ¿cómo vas a desentenderte y, conscientemente, decidir dejar de ser amable?
Cuando me entero de que, en lo que va de siglo, hemos consumido tanto cobre como en toda la historia de la humanidad, y que este consumo va en aumento, no puedo evitar pensar que nos estamos fagocitando. Porque si todo forma parte del mismo ecosistema y está interrelacionado, la dentellada que le damos a lo material nos la estamos dando a nosotros mismos. Degrowth es una invitación a desactivar el piloto automático con el que vivimos, una incitación a pensar que hay otras perspectivas de vida posibles, donde quizá podemos esperar ser capaces de decir lo mismo con menos, y vivir bien creando otro tipo de equilibrio.»
Radia Cava-ret
«Karaoke inmigrante dialoga en tanto frontera. Es una apuesta para ser activada. Duerme después y antes de la catarsis colectiva. Para nosotres, la amabilidad es la habilidad de volvernos a amar. Es un “amor eficaz”, como decía Camila Torres, un amor que se nutre de la posibilidad simbólica de redistribuir las violencias sistémicas a través del canto y el desencanto.
Blanca Gracia
«Para mí, la relación con el tema de la amabilidad tiene que ver bastante con la técnica en esta pieza: la animación, que es un lenguaje aparentemente amable, pero utilizado para contar historias con un trasfondo social y político de más calado. Esta técnica atrae al espectador hacia algo que desde fuera parece muy atractivo y luego le atrapa y hace que quiera saber más. La amabilidad, a mí, a lo que me remite, es más a la ternura y a los cuidados, no en el sentido polite de la palabra, sino como un cuidado hacia el otro, independientemente de que lo conozcamos o no. Y esa es la parte que pongo en mis personajes, de cobijo, de ternura y de cuidarles…»
Tau Luna Acosta
«Mi pieza, Latencia, está relacionada con el concepto de amabilidad porque, como artista, he decidido relacionarme con las problemáticas de mi territorio, que son muy duras, violentas y difíciles pero fundamentales, y creo que les artistes y trabajadores de la cultura tenemos una responsabilidad de traducción y comunicación permanente, incluso sobre esas cosas que son duras de entender y asumir. Creo que es un acto de amabilidad compartirlo a través de una pieza que implica el cuerpo y la sensibilidad de quienes se conectan a la pieza. La pieza es una visualización de datos, pero la manera de hacerlo es por medio del cuerpo, y me interesa recordar con ello que los datos no son cifras o números sino que son personas. Y cada una de esas personas desaparecidas por defender el territorio, su tierra y sus comunidades, tiene una historia y un nombre y es importante recordarlas y tenerlas en la memoria y en el cuerpo y rendirles homenaje.
El primer acto de amabilidad es defender el territorio para la vida y, para mí, los líderes sociales comunitarios y los líderes de la tierra, son personas que han dedicado su vida al amor, al acto de amor más gigante que es la resistencia. Es amable recordar sus nombres por medio del bordado, que es una práctica lenta, y durante el tiempo que bordamos conversamos, cantamos y los traemos a la memoria. Y se vuelven a traer a la memoria cada vez que el mapa es activado por medio del cuerpo de las personas que se conectan a él, aunque no sean del territorio, porque considero que para comprender la dignidad de un cuerpo, no hay que ser del mismo país, ni siquiera entender la problemática, sino recordar que todos somos vidas que merecemos dignidad, cuidado y memoria.»
Bárbara Sánchez Barroso
«La versión que presentamos en la exposición de la pieza Los nudos que anudamos, es un pase de diapositivas del registro de una performance que hice junto a Adriana Vila Guevara en 2021 en ARBAR. Dialoga con el tema de la exposición desde muchos lugares: en la acción, el público que asistió y que quiso participar, bajo su responsabilidad, tuvieron que cuidarse los unos a los otros. Había un acuerdo tácito de hacerlo en silencio, de esperarse unos a otros, de ayudarse a bajar cuando había cuestas empinadas o rocas. Y había ese acuerdo de todos de convertirse en uno, a través de las cuerdas que los unían, en esa idea de que, en vez de que prevalezca el interés individual, prevalezca el grupo como organismo. Para que eso se diese, tenía que haber mucha amabilidad.»
Xesca Salvà y Marc Villanueva
«Para nosotras, la amabilidad tiene que ver con dejar crecer a seres que son distintos a nosotros, pero lo más importante de la pieza El pensament salvatge tiene que ver con lo diferente. Cómo ser amables con lo que es incomprensible, diferente, con lo que es ajeno e incluso misterioso. Hay algo en esta obra que da un poco de grima, ya que las bacterias y hongos tienen muy mala prensa, son unos seres otros, distintos, pero lo que está creciendo ahí es ni más ni menos que lo que tenemos en las manos, en contacto íntimo con nuestra piel y presente en el espacio. Hay aquí una pregunta muy chula sobre qué es lo distinto, porque aunque lo que crece en esa placa de Petri parece totalmente distinto a nosotras como humanas, y es imposible comunicarse con ello, resulta que una parte muy grande del ser humano es así de distinta y desconocida, incomunicable e incomunicante. Las biólogas que nos asesoran siempre dicen que tres kilos de nuestra masa corporal son bacterias y, además, nos rodean y forman parte del mundo en el que nos movemos.
La base de la amabilidad es no sólo pensar, sino actuar respecto a la diferencia, a aquello que no somos nosotras. Y si piensas que nosotras mismas somos básicamente un enjambre de diferencias (o un tarro de bacterias, como dice una de las biólogas con las que trabajamos), pues creo que por ahí va la reflexión de la pieza sobre la amabilidad.
Para nosotras, en El pensament salvatge, es importante trabajar desde la conciencia de que en el fondo no sabemos cómo controlar a esos seres que crecen ahí dentro ni es lo que nos interesa. Partimos de la situación de estar manejando un poco “mal” el discurso científico y que esa placa de Petri no puede funcionar en un sentido científico estricto. Se podría haber hecho la inoculación en un laboratorio, pero la obra trata de ese imposible. Elegimos hacer la inoculación en formato ritual, con gente que la gente que se apunte ese día, en condiciones no controladas. Para nosotras ahí está la vida, en ese sitio blando de acercarse al conocimiento desde una amabilidad. A un conocimiento que no sea rígido, autoritario, objetivo e inflexible, sino que sea más bien una experiencia comunitaria. Y además que quizá no importa tanto nuestro conocimiento como seres humanos, sino que lo que importa es lo que se genera a nivel microbial en esa transferencia, de esos seres que inician una vida en un paraíso, aunque al final colapse, como todos…»
______
APROPOS son contenidos hechos a propósito de alguna cosa que sucede en nuestro contexto artístico. En esta ocasión, colaboramos con Pilar Cruz y Fabra i Coats. Centre d’Art Contemporani para profundizar en la idea de amabilidad que atraviesa toda la exposición colectiva Amable Informal.
Fotografías realizadas por Eva Carasol