Joan Brossa (Barcelona 1919-1998) fue un poeta en el más amplio sentido de la palabra puesto que produjo poesía de todo tipo en un acto de libertad creativa. A la vez, su afán colaborador lo llevó a explorar nuevos horizontes, a realizar proyectos bien variados con otros artistas y a interesarse por todo aquello que escapara de la palabra escrita.
Fue poeta, dramaturgo y artista plástico, aunque él denominaba como “poesía” todo lo que hacía. Es posiblemente el poeta vanguardista catalán más importante de la segunda mitad del siglo xx. Fue uno de los fundadores del grupo artístico vanguardista Dau al Set (1948) y uno de los primeros defensores de la poesía visual de la literatura catalana. Su obra creativa abrazaba todos los aspectos del arte: la poesía, la prosa, el cine, el teatro, la música, el cabaret, las artes escénicas, la magia, el circo y las artes plásticas. De hecho, para Brossa no existían diferencias entre los diversos géneros; afirmaba que “los géneros artísticos son medios diferentes para expresar una realidad idéntica. Son los lados de una misma pirámide que coincide en su punto más alto”.
Joan Brossa produjo una extensa obra. En los años cuarenta conoció al poeta J. V. Foix, uno de sus referentes literarios, y también al filósofo Arnau Puig y los artistas Modest Cuixart, Joan Ponç, Antoni Tàpies i Joan-Josep Tharrats. Con ellos fundó el grupo y la revista de vanguardia Dau al Set (1948), en la cual colaboró con textos surrealistas que consistían en la escritura de imágenes oníricas y hipnagógicas próximas al automatismo psíquico. Fue el comienzo de una obra literaria muy amplia que utilizaba el lenguaje como medio de experimentación y que llevó a su autor hacia la poesía visual, la dramaturgia, la escultura y la performance. Los elementos de su poesía, como la ironía, la asociación, la descontextualización y el rechazo de la diferenciación entre palabra y objeto, cristalizaron en la confección de objetos. Si bien en sus inicios surrealistas ya había construido un par de objetos tridimensionales, a partir de 1967 Brossa se dedica de pleno al mundo de los objetos, un campo sin las restricciones propias del lenguaje que ya no abandonará nunca. Los años ochenta y noventa fueron muy fértiles en cuanto a su producción visual, que patentiza las inquietudes que se habían ido acumulando a lo largo de su itinerario poético: la investigación de la magia cotidiana, la denuncia social y la transgresión. Al final de su vida, Brossa recibió un amplio reconocimiento con numerosas traducciones de su obra escrita, exposiciones de su producción artística y premios, que lo situaron como una de las figuras capitales de la vanguardia catalana.
Además de su producción literaria, la producción plástica de Brossa se pudo ver en numerosas exposiciones y retrospectivas como la de la Fundació Joan Miró de Barcelona (1986), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (1991), el Palau de la Virreina de Barcelona (1994), el Institut Valencià d’Art Modern de València (1997), la Fundació Joan Miró de Barcelona (2001) o el MACBA (2018), entre otros. En el ámbito internacional, hay que remarcar la presencia de Brossa al Art’20 de Basilea (1989), en las bienales de São Paulo (1994) y de Venecia (1997), y las exposiciones individuales a Munich (1988), Nueva York (1989), Ceret-Colliure (1990), Houston (1990), Londres (1992), Marsella (1993), Malmö (1993), París (1995), Kassel (1998) y México y Monterrey (1998), entre otros.
En esta sesión veremos un video sobre Joan Brossa, con la participación, entre otras, de Josep Palau y Fabre, Enric Casasses, Feliu Formosa, Carles Hac Muere y Lluís Solà, además del propio Brossa.