Marea Viva

Marea viva es una acción de larga duración que continúa la exploración iniciada con Som el foc que crema (2024) y Palimpsest (2025), profundizando en la relación entre cuerpos, afectos y memoria colectiva. En esta ocasión, la performance adopta la metáfora del agua como eje poético y político: un elemento transformador, conector y generador de vida.

La acción comienza con una meditación colectiva, un gesto de apertura y escucha que establece un espacio de intimidad compartida entre artistas y público. A partir de allí, los cuerpos se despliegan sobre un gran lienzo blanco, marcando su paso con pastel azul Klein. El trazo se convierte en extensión del movimiento: olas, corrientes, remolinos. Una coreografía de flujos que evoca la vastedad del océano y su potencia de transformación.

Los movimientos, fluidos e interconectados, no solo representan el agua: son agua. Como ella, los cuerpos se adaptan, erosionan, atraviesan, renuevan. La memoria aquí no es archivo fijo, sino corriente en movimiento, un palimpsesto afectivo donde las experiencias individuales se mezclan con lo colectivo, donde lo que se borra deja, sin embargo, una huella.

El dibujo funciona como una impronta efímera: una marca que existe solo en el presente del hacer, como las pisadas en la arena que el mar borra sin borrar del todo. En esta fragilidad se abre un espacio para imaginar nuevas formas de relación, de cuidado, de reconstrucción de lo común.

Marea viva es una invitación a sumergirse. A dejar que se disuelvan los bordes entre el yo y el otro, entre el pasado y el presente. A habitar el flujo, a recordar desde el cuerpo, a cuidar desde el movimiento. A pensar la memoria como agua: viva, móvil, imprescindible.