Canción de cuna para espabilar a una niña.
Mari Chordà y Bruno Munari nunca coincidieron en la vida real. Tal vez sus obras hayan discurrido por caminos distintos, sin apenas conexiones conceptuales o estéticas. Sin embargo, las piezas de esta exposición tienen en común el principio de haber sido creadas para jugar. Canción de cuna para espabilar a una niña es una exposición y también un sueño: la fantasía que consigue reproducir un encuentro histórico que nunca tuvo lugar. Como artistas, Munari y Chordà consideraron el juego un aspecto fundamental del desarrollo infantil y utilizaron sus obras para acercar el arte al pequeño público, fomentando su creatividad, su universo emocional y su capacidad para interactuar con el mundo. Entendieron lo lúdico como una herramienta esencial de aprendizaje, desdibujando también los límites entre la niñez y la edad. Sus obras son materiales interactivos que nos invitan a jugar, experimentar y, en el mejor de los casos, crear algo propio.
Comisariada por Àngels de la Mota
