Los engranajes tienen forma de gestos, moldes, espacios, repeticiones, dixis o acumulaciones. Se presentan a sí mismos como si fueran una especie de escenarios abiertos: muestran sus materiales y composiciones que, engranadas a sí mismas, se vuelven indicadoras de su propio lenguaje.

Los engranajes también son una marca espacial y una agencia activa (un conjunto de pinzas): la forma que tienen de agarrarse a las cosas habla de sus intenciones, que se pierden fuera de su definición originaria, y que a la vez afectan a aquello con que entran en contacto. Estos engranajes sólo funcionan en conjuntos granulados, y lo que se propone es versionarlos.