Sometimes I Run. Ethel Coppieters
Sometimes I Run, es una propuesta tan honesta como vibrante por parte de Ethel Coppieters. La obra de la artista belga invita a contemplar a la mujer contemporánea desde una mirada que alterna entre el movimiento y la quietud, entre lo íntimo y lo colectivo, entre lo onírico y lo profundamente real.
Los cuadros de Coppieters son escenas detenidas en un momento eterno. Hay una calidez que lo inunda todo, en la luz, en las figuras, en los gestos, como si cada lienzo quisiera prolongar ese instante en el que el mundo se detiene y la importancia recae en las mujeres que corren, se dan la mano, descansan y piensan. Son cuerpos en acción y en reposo que caracterizan el lenguaje pictórico de la artista.
Ethel Coppieters condensa sensaciones. Sus fondos, casi abstractos, sitúan al espectador en lugares que no responden a una lógica geográfica, sino emocional. En medio de estos escenarios irreales aparecen objetos modernos y acciones cotidianas clave que anclan la escena a vivencias concretas, otorgando a cada pintura una narrativa implícita. En algunos de los cuadros de esta nueva muestra de su obra, la artista comienza a explorar la naturaleza y la conexión sensible entre el mundo natural y el ser humano.
En Sometimes, I Run hay una celebración clara de la hermandad entre mujeres, de su poder compartido, de la intimidad que se construye sin necesidad de palabras. Estas figuras femeninas no buscan la perfección, sino mostrarse con la dignidad de lo cotidiano, con la belleza de quien vive sin pedir permiso. Ethel Coppieters construye, así, una venus contemporánea que es múltiple, cambiante y empoderada. Las musas de Coppieters son poderosas, viven libres, no tienen prejuicios y habitan en plenitud su piel desnuda.
La exposición es también un espacio de reconocimiento. No solo se plasman a las mujeres que rodean e inspiran a Ethel Coppieters en su entorno habitual, sino que también se representa a la mujer contemporánea de a pie. Es una invitación a detenerse y a sentir.
