¿Y si el juego forma parte de la estrategia de esta relación?
¿Y si la aplicación de la creatividad en la resolución de los problemas que se nos presentan supusiera una estrategia positiva de aprendizaje y relación?
¿Podemos alterar las condiciones de nuestra relación con la realidad si aplicamos una actitud «estética» que se base en el juego y que nos haga percibir las cosas de forma distinta?
Podríamos empezar por aplicar y adaptar ciertos juegos al conocimiento de nuestro barrio, registrar su experiencia y analizar sus resultados.