Y lo peor, sucedía siempre en los sueños. Carlos Pazos
Se cumplen 50 años de Voy a hacer de mí una estrella, la serie fotográfica con la que Carlos Pazos nos hipnotizó con una atrayente imagen de sí mismo. En ella, un sólido repertorio de ademanes y actitudes le permitían reconfigurar su imagen para irradiar el atractivo de una estrella, de un icono popular. Un proceso de seducción cuyo principal destinatario era, no obstante, el propio Pazos.
Tal operación -como es propio en casi toda la carrera del artista- llevaba en la superficie un marcado sentido del humor, pese a ser en el fondo un gesto dramático. Con obras como la mencionada, Pazos cuestionaba cualquier sistema de representación: la imagen ya no puede evocar ninguna realidad y el ego nace de la ficción. Una característica que se convertiría en seña de identidad de gran parte de la producción artística del artista, pues a partir de 1975 empezó una serie de obras como artista-actor que se desarrollarían especialmente durante los cinco años siguientes y hasta hoy día.
Precisamente, Carlos Pazos renueva ahora el planteamiento ensayado cincuenta años atrás para manipular otra vez la propia imagen y hacer de ello una obra. En este caso, una nueva serie fotográfica titulada Más cornadas da el arte (2025): cuatro nuevos retratos verticales realizados con la colaboración del fotógrafo Roberto Ruiz.
Con ella, Pazos da continuidad a aquel gesto de apropiarse de actitudes cercanas a Andy Warhol, Joseph Beuys o el mismo Elvis. Pero esta vez la propia conversión en un mito no proyecta una esperanza de estrellato, sino lo contrario. Siguen ahí la ironía y el juego narcisista, pero en este caso esa auto-atracción llega complementada por un aire de hastío más que de ilusión.
